Mientras más avanzaba, más aceleraba. Ya no importaba dónde iba, sólo sobresalía el camino que quedaba anclado después de ella.
Ni siquiera el viento y su velocidad chocando en mis ojos, era capaz de extirparme la única idea que permanecía en pie, intacta y fuerte, más fuerte que yo quizás...el fin.
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