sábado, octubre 21, 2006

La actualidad de su cintura

Ella es especialista en buenas intenciones. Cada pestañear suyo es un punto suspensivo agregado a esta colección de abismos que llevo entre la frente y la barba sin afeitar.
Todo por no saber pisarle los zapatos cuando decidió que abrazarme después de años, era una mala idea para sus vestidos con olor a sur sin chimenea.
Ella suele escribir con la mitad de una sonrisa una inscripción al nuevo mundo de este no tenerla, no ser suficiente para registrarme entre viñetas sobre su lista de tareas pendientes.
Puede ser que nunca traspase la ola de lo desconocido y que desde su boca sólo estallen sus buenos deseos para mi vida de mañana, como si acaso eso fuera posible mientras lucho por transportar sus viejas costumbres de amarme, a este cuerpo marchito y sin señales de futuro.
Ella simula no saber de estrategias, no haber aprendido nunca a usar correctamente un diccionario, no participar bien de lo mecánico que resulta atarse los cordones de las zapatillas cuando es de noche y siente ganas de correr entre el cemento y el alumbrado público.
Buenas intenciones y mis intentos por ser cordial frente al brillo de sus ojos que ya no son mis ojos, porque hoy sé que seguirán pasando los años, que mi segunda oportunidad de dejar de ser un hombre desfigurado, fue acabar siendo el rompecabezas que nunca nadie querrá completar a tiempo. Ya no hay tiempo, sólo hay buenas itenciones.-